10 características de un niño de 4 años

El desarrollo cognitivo, físico, social, motor, sensorial, afectivo y de lenguaje de un niño, varía mucho de acuerdo a su edad, y aunque cada uno lleva su propio compás, existen diferentes particularidades  que pueden ser atribuidas a ciertas etapas, que ayudan a determinar si todo marcha dentro de los estándares considerados normales.

Características de un niño de 4 años

1. Su lenguaje es claro y comprensible: A la edad de 4 años un niño tiene la capacidad de utilizar gran cantidad de palabras, que le permitan expresarse con facilidad y ser comprendidos por todas las personas. Habla mucho, pregunta y conversa con cierta destreza, algunos más que otros, de acuerdo a su personalidad, pero siempre con la certeza de que está siendo escuchado o de que alguien les está hablando.
2. Sus aptitudes físicas mejoran y es más independiente: Una de las principales características físicas de un niño de 4 años, se traduce en el incremento de sus habilidades físicas, ya que a dicha edad domina por completo el arte de caminar y de correr, por lo que se aventura a ejecutar piruetas, a andar en bicicleta, saltar y a realizar sus primeros deportes. Es muy común que a esta edad se sienta independiente, grande y no quiera ser llevado de la mano.
3. Comienza a comprender las nociones matemáticas: Aunque aún es muy pronto para exigirle una suma o una resta, a la edad de 4 años un niño ya tiene una noción de las operaciones matemáticas básicas, sabe que existe una diferencia entre tener una cosa o tener dos. Puede contar hasta determinadas cifras pequeñas y comienza a familiarizarse con el dinero de forma más dinámica, comprendiendo que con el mismo pueden obtener otras cosas.
4. Se identifica a sí mismo como una persona: Un niño de esta edad está en la completa capacidad de comprender que es una persona, que tiene vida y que es capaz de sentir emociones, alegría, tristeza y dolor. Sabe que es de un determinado sexo y reconoce la diferencia entre una persona, una cosa y un animal.
5. Posee una imaginación muy desarrollada: En esta fase la imaginación de un niño es más dinámica que en cualquier otra, es experto jugando y puede desarrollar tramas completas de juegos de rol, actividades recreativas, contar historias de fantasía y, en algunas ocasiones, resulta necesario corregir las mentiras, puesto que puede confundir la realidad con sus historias fantasiosas.



6. Duerme más de 10 horas nocturnas: Aunque duerme mucho menos durante el día, quedando reducidas casi por completo las siestas, durante las noches aún puede llegar a dormir por espacio de 10 a 12 horas, pues necesita de ese tiempo para recuperar la energía que gasta jugando de manera activa.
7. Participa en actividades sociales y recreacionales: Un niño de 4 años disfruta jugando con otros niños y también con adultos, puede participar en actividades y juegos grupales, comprendiendo las reglas del juego y siendo participe de la diversión. En esta etapa es necesario recordar que todos los niños tienen personalidades diferentes, por lo que a algunos de ellos puede serles más sencillo interactuar con otras personas que a otros.
8. Exige más atención por parte de sus padres: Un niño de esta edad es consciente de que sus padres le prestan mucha atención, por lo que, de manera constante, busca su consentimiento, realizando actividades que les sean de agrado, haciendo preguntas, pidiendo tiempo y siendo muy cariñoso. Por ende, es aquí, principalmente, donde debe ser constante el afecto y la atención de los padres hacia los hijos.
9. Comienza a comprender la idea de compartir: Una de las características más marcadas de un niño en esta etapa, es que no suelen compartir, sino que tiene una tendencia a manifestar su poder sobre las cosas que son de su propiedad y sobre las que no, sin embargo, es a partir de esta edad cuando comienza a comprender la noción del compartir, por lo que resulta importante sentar buenas bases de aprendizaje al respecto.
10. Desarrolla sus propios gustos: Cada niño tiene su propia personalidad y a partir de los cuatro años, cuando ya seguramente se ha iniciado en la primera etapa de la educación escolar, comienza a dar ciertos indicios de dichas características propias de su persona, es más consciente de lo que le gusta y lo que no le gusta. Puede escoger su ropa, negarse a comer determinados platos, indicar sitios y personas que le desagradan, expresar inconformidades, exigir respeto y proponer actividades, todo de acuerdo a sus propios gustos.

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